jueves, 4 de mayo de 2017

Las Nueve Nobles Virtudes de los Antiguos Nórdicos

Antiguamente, durante los siglos VI y X de nuestra era, los pueblos vikingos fueron el referente artístico y cultural de Europa, especialmente fuera del ámbito cristiano. Tras la caída definitiva del Imperio Romano en 476 d.C. la cultura y el arte así como el comercio fueron solamente mantenidos por los pueblos del norte; que no hallaron oposición hasta el s. IX con el emperador Carlomagno. El esplendor de esos pueblos estuvo íntimamente ligado a una religión propia, la nórdica, cuyos orígenes pueden remontarse largamente en el pasado con la aparición de las primeras tribus celtas y germánicas; casi un milenio antes de Cristo. Como muchos recordarán, las tribus germanas resistieron el embate del Imperio Romano durante los primeros tiempos del Imperio con la Dinastía Claudia. Los Romanos jamás llegaron más allá y los germanos y nórdicos pudieron prosperar fuera de las fronteras septentrionales del Imperio. Pero más allá de la religión, aunque muy ligado a la misma, los nórdicos poseían un código moral y de conducta que debía respetarse si uno quería ser honorable. El incumplimiento del código podía acarrear problemas y castigos sobre el transgresor; no solamente en vida, sino también después de la muerte.

A continuación detallaremos estas Nueve Nobles Virtudes: Coraje, Verdad, Honor, Fidelidad, Laboriosidad, Hospitalidad, Disciplina, Confianza y Perseverancia.


1 -Coraje: El valor era requerido en todas las personas, un coraje que debía servir para afrontar todas las dificultades de la vida, las batallas, los tiempos difíciles y sus creencias. El coraje era necesario para el día a día, para cumplir las misiones que a uno se le presentaran y hacer frente a las adversidades de todo tipo sin desfallecer.


2 - Verdad: Jamás se podía faltar a la verdad, tanto en lo religioso como en lo mundano. Uno no podía renegar de sus creencias, ni obligar a otros a seguirlas. No estaba permitido mentir, aún cuando pudiera ir la vida en ello. Es importante destacar que los nórdicos también respetaban otras verdades, pero no permitían la mentira en los suyos en ningún aspecto.


3 - Honor: El honor repercutía en el renombre y reputación, manifestaciones externas de algo más complejo. La persona honorable era aquella que actuaba de acuerdo a los principios morales y religiosos, que defendía la verdad y cumplía sus promesas. El honor era un estado espiritual en el que la persona se acercaba a la divinidad (divinidades) y seguía rectamente los principios.


4 - Fidelidad: La fidelidad no se refiere únicamente a la fidelidad material que nos une a un líder o a un cónyuge; sino que la verdadera fidelidad la debemos a los dioses. Es con ellos, en la mitología nórdica, que debemos ser fieles. Agradecerles los bienes que nos otorgan, rogarles por lo que necesitamos y no olvidarles. Del mismo modo uno debe respetar a sus antepasados y ser fiel a sus progenitores y ancestros. Uno debe tratar de vivir acorde con los dioses.


5 - Laboriosidad: Se decía antiguamente que los dioses no favorecían a los ociosos. Cada uno tiene su papel en esta vida, y debe tratar de cumplirlo. No solamente debe uno trabajar y ganarse la vida honradamente (nunca mejor dicho), sino que además debe estudiar y atender a los dioses. Si abandonamos nuestras responsabilidades también los dioses nos abandonan a nosotros.


6 - Hospitalidad: La hospitalidad nos conmina a tratar a los demás con respeto y dignidad. No hace referencia solamente al hecho de atender y alojar en nuestra casa al viajero y al necesitado, sino que también nos dice que debemos ser hospitalarios con aquellos que lo necesiten. Es decir, debemos practicar la caridad y ayudar aquél que lo necesite o al que nos lo pida sin esperar nada a cambio.


7 - Disciplina: Es con nosotros mismos con quien debemos ser disciplinados, no con los demás. Esto quiere decir que debemos cuidarnos de hacer lo correcto, de no desviarnos del camino verdadero. La autodisciplina es la que nos va a permitir avanzar y no caer en la ociosidad. Sin disciplina seremos seres desequilibrados; por ello uno debe tener la disciplina necesaria para no olvidar cuales son sus obligaciones a todos los niveles y mantenerse así equilibrado.


8 - Confianza: Uno debe tener confianza en sí mismo, en sus posibilidades y en los dioses. La confianza es aquello que nos permite no tener dudas sobre nosotros mismos, pues si la duda tiene lugar es cuando empezamos a perder fuerza y llegan las inseguridades. Solamente aquel que confía en si mismo es capaz de avanzar con libertad.


9 - Perseverancia: Para los nórdicos el mundo es un lugar imperfecto (como también para otras religiones) que debe mejorarse, en el que las cosas no vienen de modo sencillo. Por ello es importante perseverar día a día para mejorarnos y conseguir alcanzar nuestras metas. Vamos a caernos muchas veces, pero debemos ser fuertes y perseverar, no rendirnos. Solo así conseguiremos alcanzar nuestros objetivos.


Estas son las Nueve Nobles Virtudes de los vikingos, un código cuya vigencia es tan actual como lo era en su momento. Contrariamente al aspecto de bárbaros que se les ha querido dar desde la civilización mediterránea, especialmente la católica, los vikingos eran un pueblo muy avanzado y al que se le deben grandes innovaciones técnicas y culturales.

viernes, 28 de abril de 2017

El Ragnarök

En la mitología nórdica, Ragnarök es una serie de acontecimientos apocalípticos que definirán el fin del mundo, donde gigantes de hielo y fuego luchan con los dioses en una última batalla que destruirá el planeta, sumergiéndolo bajo el agua.
Según la leyenda, el mundo va a resurgir, el sobreviviente y los dioses retornantes se reunirán, y el mundo será repoblado por dos sobrevivientes humanos. La mitología se divide en dos grandes grupos de dioses, los gigantes (Jotuns), Aesir y Vanir. Los gigantes fueron los que llegaron primero y vivieron en Jötunheimr, uno de los nueve mundos de la cosmología nórdica. Ellos fueron desterrados allí por los Aesir, que les negaron la entrada a su mundo, Asgard. Los gigantes interactúan con frecuencia con el Aesir y el Vanir, generalmente en oposición a, o en competencia con ellos.
El dios Loki era el hijo de un gigante y era conocido como un dios embaucador con la capacidad de cambio de forma. Su papel en la mitología nórdica es único y polémico ya que parece tanto ayudar a los dioses y como estorbarlos. También se le permitió vivir con el Aesir en Asgard. Loki engendró muchos hijos, incluyendo un caballo de ocho patas (Sleiphnir) utilizado por Odin, un dragón y el lobo Fenrir que desempeña su papel en el Ragnarok apocalíptico. Según la historia, Loki engañó al ciego Dios del invierno, Hod (Hur), una acción que resultó en la muerte del Dios Balder, hijo de la diosa Frigg y Odin del Dios. Debido a esto, fue castigado y arrojado de un acantilado donde iba a continuar obligado hasta Ragnarok, el fin del mundo. Esto tiene similitudes con el castigo de Prometeo en la mitología griega antigua, que era atado a una roca por dar a la humanidad la posibilidad de hacer fuego. Como el Apocalipsis cristiano, Ragnarok establece una serie de signos que en última instancia definirán el final de los tiempos. El primer signo es el Fimbulvetr, un invierno largo y continuo con la constante nieve que tendrá una duración de un año. Un gallo rojo llamado Fjalar avisará a los gigantes que ha comenzado el Ragnarok. Un segundo gallo avisará a todos los muertos que ha comenzado el Ragnarok. Por último, un tercer gallo rojo llamado Gullinkambi, un gallo que habita en Valhalla, un salón majestuoso situado en Asgard, avisará a todos los dioses sobre el principio del fin. El Dios Heimdallr usará su trompeta para tocar un tono específico que se escuchará en Valhalla, y esto traerá los muertos a la vida y se dirigirán al reino llamado Vigrid (el lugar de batallas), donde realizarán la batalla final. Se desgarrará el mar y la serpiente del mundo, una serpiente tan grande que rodea la tierra y agarrará su propia cola. Los dioses Balder y Hod también volverán de entre los muertos para pelear en esta gran batalla final.
Loki y su Horda, así como lo Gigantes de Hielo, navegará a Vigrid para la batalla contra lo Aesir en un barco de las uñas de hombres muertos como un barco fantasma. Todos los monstruos y gigantes como la llama Surtr gigante, el perro de Hel Carm, el lobo Fenrir (Fenris), y el líder de los gigantes, Hrym, van a crear un poderoso ejército contra los dioses.
La guerra ocasionará las muertes de Thor, Odin y la mayoría de los dioses, además los dragones lanzarán fuego que destruirá toda la vida en la tierra. Pero este no es el final. Las cosas se reanudarán con una nueva raza, un nuevo mundo surgirá de las profundidades de los mares. Los dos primeros mortales se llamarán Lif (mujer) y Lifthrasir (hombre) y van repoblar la tierra. Los dioses Vali y Vidar, así como los hijos de Thor y Hoenir, que sobrevivieron a la batalla, irán a Idavoll, que no fue destruido en Ragnarok. Los dioses Balder y Hoder serán devueltos a la vida y comenzarán una nueva era. La historia apocalíptica de Ragnarok muestra la batalla entre los dioses, una batalla con graves consecuencias para los seres humanos y dioses. Los seres humanos sufren los ‘daños colaterales’ en esta guerra apocalíptica, muy similar a la de la mitología hindú. Un aspecto que distinguen a Ragnarok y al Apocalipsis cristiano es que los seres humanos son castigados por no ser leales y fieles a Dios.

martes, 11 de abril de 2017

Sól y Máni (el Sol y la Luna)





Los nórdicos, a igual que los griegos, usaban la mitología para explicar lo que ocurría a su alrededor. Por ello sus dioses protagonizaron historias de sufrimiento, amor, conspiración, traición, lealtad, etc. Los días y las noches y el movimiento de la Tierra y del Sol y la Luna se explican con la historia de Sól y Máni, y de los lobos Sköll y Hati.



La diosa Sól (el Sol) montaba el carro conducido por los caballos Arvak y Alsvid, de cuyas crines emanaba la brillante luz que calentaba durante el día. Su hermano Máni (la Luna) conducía el carro tirado por los corceles Allsvinn y Alsvider y desprendía una fría luz nocturna. Estos carros sobrevolaban el mundo de los hombres siendo perseguidos por los lobos Sköll y Hati, descendientes del malvado dios Loki, cuya único objetivo era devorar a los carros porque si eso ocurriera, comenzaría el Ragnarök (el fin del mundo para los nórdicos al que dedicaremos una entrada propia). A Sól le perseguía Sköll durante el día y a su hermano Máni le seguía de igual manera Hati por las noches. Los nórdicos temían mucho que los perseguidores alcanzaran su objetivo, por ello estaban muy pendientes del desarrollo de la "persecución". A veces ocurría que los lobos alcanzaban a sus objetivos; cuando eso pasaba los nórdicos salían y tocaban instrumentos para hacer mucho ruido, ante esto el lobo se asustaba y soltaba a su presa, por ello se producían los eclipses de Sol y de Luna.



Según la tradición, al final el Ragnarök se produjo al acabar devorados Sól y Máni por Sköll y Hati, y con él la mayor parte de los dioses y hombres perecieron. Pero un hombre y una mujer consiguieron escapar, y sus hijos ocuparon el lugar de los antiguos dioses y los carros del Sol y la Luna fueron ocupados por cuatro de sus hijos. Así a pesar del "fin del mundo", el rumbo de la vida seguía su curso sin poder detenerse ante nada.